El valor de PARAR: Cuando la vida te pide un RESET.
- TRZ
- 3 abr
- 2 Min. de lectura
A veces, la vida nos sacude de golpe. Un día todo parece estar en su sitio, y al siguiente, nos encontramos en medio de una tormenta de cambios, pérdidas y decisiones difíciles. En esos momentos, sentimos la presión de seguir adelante como si nada, de mantenernos fuertes a toda costa, de no detenernos… pero ¿y si lo más valiente que podemos hacer es, precisamente, parar?
PARAR NO ES RENDIRSE
En una sociedad que glorifica la productividad y el estar siempre “bien”, nos han hecho creer que detenernos es un fracaso. Pero la realidad es otra: parar es un acto de amor propio. Es permitirnos sentir, procesar y reconstruirnos con conciencia.
Parar para respirar, para escuchar lo que realmente necesitamos.
Parar para soltar lo que nos pesa y dar espacio a lo nuevo.
Parar para sanar.
No siempre es fácil. A veces, el miedo al vacío nos empuja a seguir corriendo sin dirección. Pero cuando nos damos permiso de hacer una pausa, descubrimos que no estamos perdidas, sino en proceso de transformación.
EL RESET QUE TODOS NECESITAMOS
Así como reiniciamos un teléfono cuando se satura de información, nuestras mentes y corazones también necesitan un reset. Y no hay un tiempo exacto para ello. Cada persona vive su propio proceso.
Si últimamente has sentido que todo es demasiado, que las exigencias del día a día te superan o que las emociones se han acumulado sin darte espacio para procesarlas, quizás ha llegado el momento de preguntarte:
¿Cuándo fue la última vez que me di un descanso sin sentir culpa?
Este es tu recordatorio de que está bien tomarse un respiro. No estás fallando, no estás retrocediendo. Estás permitiéndote reconstruirte con más claridad y fortaleza.
Así que si la vida te ha pedido un reset, acéptalo con amor. Cuando vuelvas, lo harás con más luz que nunca.
NO ESTÁS SOLO/A
Si estás en un momento en el que todo se siente demasiado, quiero recordarte algo: repiro, no estás solo/a. No tienes que atravesarlo todo en silencio ni cargar con el peso de todo tú solo/a. Si necesitas hablar, desahogarte o simplemente que alguien te escuche, aquí estoy. Podemos agendar una videollamada o una cita. Escríbeme y vemos juntos/as el camino a seguir.
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